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martes, enero 13, 2009
martes, diciembre 16, 2008
Corrientes
miércoles, octubre 15, 2008
puerto del recuerdo
Todo empezó hace ya más de 20 años, yo tenía unos 17 cuando lo vi. por vez primera, allí cerca del restaurante característico del lugar, una especie de restaurante de comida rápida y desde entonces supe que sería mi compañero. Tardamos alrededor de un año en darnos cuenta de nuestros sentimientos, pero desde entonces comenzamos a vivir una aventura. Nos instalamos en este puerto, al que algunos llaman amor, y sin duda ambos crecimos, es lo único verdadero que he sentido desde que siento, lo único mágico desde que descubrí que la magia no existe, lo único puro y bondadoso, desde que comprendí que nada de eso hoy es cotidiano.
Asi pasaron los años, el puerto se mantuvo abierto con todo su esplendor, con la ventaja de los nuevos visitantes y el desembarque de una que otra locura de origen sentimental, se descubrió también en ese lapso la historia natural de los cuerpos de los amantes, se estrenaron nuevas obras alrededor y se tiñeron de azul y verde los prados visitados. Nacieron esperanzas, e ilusiones, nacieron risas y viajes, nació también, porque no decirlo, desconfianza y temor.
La tormenta que había estado en boca de todos los noticiarios se hacia cada vez más inminente, hasta el punto tal, que nos descubrió sin precaución, los puertos se cerraron, las embarcaciones menores e incluso las mayores no podían entrar a la ciudad, se acercaba la nube de desolación, llanto y agonía, sentimos algo asi, como crónica de una muerte anunciada, solo que esta vez, ambos sabíamos lo que se venía. No pudimos mantener despejado el clima para el puerto de nuestra historia, y la lluvia nos embriagó hasta dejarnos caer del precipicio de la ilusión y compromiso, cerramos el puerto de nuestra relación.
Luego de unos días, se mantuvo algo nublado, con pequeñas lloviznas peligrosas para los automovilistas, ya que fácilmente podían resbalar y ocasionar algún incidente, pero el puerto se mantuvo cerrado, de vez en cuando una pequeña luz del farol se hacía notar, como enviando señales de auxilio, pero nunca más se retomó la actividad portuaria, hasta hoy, cuando he decidido bajar del barco ha desembarcar lo que queda de mi existencia, se han abierto las aduanas, al fin la luz del farol ha enviado una señal concreta de oportunidad, al fin, luego de mucho tiempo, hemos vuelto al rubro del amor, el puerto del recuerdo e ilusión esta igual que ayer, sólo que hoy, estamos preparados para las tormentas.
viernes, mayo 09, 2008
La casa Porteña
Miro detenidamente para ver cual de todos los asistentes tiene más pinta de ejecutivo, porque esos son los que dan más dinero, pero también muchas veces son los más pervertidos… Camino moviendo las caderas como me enseñó Madame Lucié, “pa`ti, pa`mi, pal perro, pal gato”, lo saludo como a todos, con un beso casi en los labios y las pechugas casi en la cara, mientras que el trasero se levanta más de lo acostumbrado para poder sentarse al lado del “caballero”. Me mira fija, con cara de curioso, se nota que es principiante, por lo mismo le ofrezco más vino y comenzamos a conversar. Del trabajo, las ex novias, la esposa, la amante y la puta que lo acompaña, esa soy yo, en fin, es nuestro trabajo también escuchar dramas familiares y pasionales, pero el trabajo mejor pagado, es ese que se aprende de la carne y el hueso, con las feromonas y el sexo opuesto, aunque como andan las cosas hoy por hoy, no me extrañaría la homosexualidad…. o bisexualidad.
Luego de un rato de charla y coqueteos varios, agarrones fortuitos, y luego de haberlo emborrado en plena hora de almuerzo, lo invito a la pieza a calentar aún más el ambiente y su cuerpo juvenil, porque a estos 50 años la experiencia me dice que será pan comido… pero no esperaba semejante tamaño, y no hablo de su miembro, si no de la sorpresa que me llevé.
Algo notaba raro en su manera de hablar, pero en la pieza, lo olvidé, lo comenzó a besar apasionadamente, a decirle cosas sucias al oído, agarré el personaje en cuestión y comencé a frotarlo con mis manos y lengua, mientras el pequeño hombre sólo gemía de placer, supongo… De repente le pregunto que quien quería que fuera, ya que podía ser la masoquista, la enfermera, la profesora, la secretaria, que eso a los hombres de oficina les atrae mucho, o simplemente podía ser quien él quisiera, alguien de su vida personal, alguien amado o alguien odiado para desquitarse, las putas servimos para todo…
Fue en ese preciso momento cuando dejó de gemir y me dijo directamente que lo que quería es que creáramos una fantasía de su adolescencia, con entusiasmo acepté. Me preguntó si tenía disfraces, pues claro le dije, en la casa Porteña eso no puede faltar, está el uniforme escolar y militar, el de empleada, el de diabla, el de enfermera y tantos otros más, pero el muchacho me dijo que quería uno de princesa, me sorprendí, pero pensé que el joven quería hacer un cuento de hadas subido de tono, por eso busqué en el baúl y encontré algo parecido a lo solicitado por el cliente, me preparaba para ponérmelo teniendo cuidado de no rasgarlo, pero en eso él me mira y me lo quita de las manos, y me dice: “Este traje es para mí”, tú baja y busca al cantinero y dile que lo espero aquí en tu cama, que le pago tanto a ti como a él, y todo sigue igual, tú le das una parte a Madame Lucié, y ésta nunca sabe que ha visitado un gay su casa porteña, y menos aún que ese gay es su hijo… ahora ve, y busca a Luis, dile que suba y bueno…cúbrelo. Luego busca a mi madre y dile que su hijo Ignacio está en Valparaíso… Lo único que atiné a decir fue:¡¡¡ pero como has crecido Nachito!!!